miércoles, 30 de enero de 2008

Ruido

-Creo que necesitamos un poco de oxígeno, esta rutina está acabando conmigo
-A mí me está noqueando también, puede que sea la mejor salida llegados a este punto. Dos meses y regresamos aquí como punto de partida. Dos meses de no contacto, nada de comunicación. ¿A tus padres les fue bien la táctica no?

Seis años de noviazgo, tres compartiendo el mismo hogar. Luisa y Diego se quieren, se necesitan, pero el día a día está ahogando su relación y lo está llenando de dudas. Han decidido tomar una decisión, repitiendo lo que a los padres de Luisa les dio tan buen resultado. Dos meses sin contacto alguno para reflexionar, para darse cuenta de la necesidad del otro, para volver a unirse con fuerza, sin dudas, y sin dudarlo para siempre.

-Hija, eran otros tiempos. A tu padre y a mí nos salió bien, pero estuvimos separados casi por obligación. Él se fue a su pueblo y yo al mío, y nos volvimos a juntar para siempre. Decidimos casarnos, eso es todo. Sino era impensable vivir juntos en esos tiempos. Espero que os vaya bien hija, pero vosotros ya sabéis lo que es convivir, sois de la misma ciudad. Lo mejor es hablar las cosas. Si de verdad es el hombre con el que quieres pasar el resto de tu vida, volved a casa y dialogad. Por tu padre y por mí ya sabes que estamos encantados de que vuelvas... ¿pero vas a estar pagando un piso vacío dos meses?
-Si mamá, queremos sentir lo que es necesitar al otro y regresar con fuerza.

Diego vive más encerrado en sí mismo. No tiene comunicación fluida con sus padres, y ha decidido no decirles nada. Se ha marchado a casa de su amigo Luis.

-Pues yo que tú andaría con mucho ojo. Las tías son muy así, lo mismo está con otro.
-No me jodas Luis, no te pido consejo, te pido una cama. No me comas más la cabeza, anda.

Las primeras semanas fueron duras para ambos. El pacto era no tener contacto, pero cada vez que sonaban sus teléfonos, deseaban recibir la llamada del otro. Diego miraba el correo electrónico casi de forma obsesiva, y Luisa llegó a escribir dos sms que nunca se atrevió a enviar.
Obsesión es la palabra que definía a Diego esos días. Llegó a perder el control. A pesar de que ambos respetaban lo acordado, él tomó ese no contacto como un ataque, y los constantes e inoportunos comentarios de su colega le hicieron enrabietarse y perder poco a poco la confianza en ese amor.

-Ves, mira, mira. Que te dije. Agarrada a ese maromo como si le fuera la vida en ello. Y tan sonriente la tía. Yo te lo digo como amigo, esa tía lo que quiere es mambo, y luego tenerte a sus pies dos meses de lujuria después.

Diego miraba la pantalla de su ordenador con la cara descompuesta, escuchando a su amigo como si de un profeta se tratara. Estaba analizando unas fotos de un cumpleaños que habían llegado a su correo, de un amigo común de la pareja. Luisa aparecía en todas ellas al lado de un chico desconocido. Se fue a la cama, e hizo caso a su amigo... Pasó a la acción. Mandó un sms a su antigua novia -T apetce qudar mañana a tomar uns cañas? hace mucho q no nos vems. Bsos-
La tarde siguiente Diego se duchó después de tres días, se afeitó y se perfumó. Sinceramente no tenía ninguna gana de quedar con su ex, era la rabia la que le guiaba. Antes de salir de casa volvió a mirar el e-mail, pero esta vez se conectó al correo de Luisa. Se había propuesto no hacerlo aun sabiendo su clave, pero lo cierto es que buceó por todos los rincones de su intimidad electrónica. -Lo vamos a pasar bien, anda tonta, que además Diego no viene, así te despejas un poco- Era un mail de Laura, una amiga de Luisa que la animaba a acudir al cumpleaños para despejarse.
Diego sacó sus propias conclusiones y fue más enrabietado aún a su cita con su ex, dispuesto a 'despejarse' también.

-Luisa, te lo tenía que decir, he visto a Diego en el barrio con Carmen tomando unas cañas en 'La Galería'-
El inesperado sms recibido no pudo caerle peor a Luisa

-No me lo puedo creer, qué fuerte. Este cabrón ya sabía yo lo que quería. No me ha mandado ni un mísero sms en todo este tiempo. Qué cabrón, qué cabrón...
-Siento romper el pacto, pero no creo que reflexionar con tu ex sea lo mejor para solucionar esto. No me lo esperaba-. Luisa se armó de valor y mandó el mensaje. Dejó el móvil en la mesilla y se fue a la cocina. No se dio cuenta del mensaje instantáneo recibido en su móvil. -Error de conexión. Mensaje no recibido, vuelva a intentarlo-.
Esperó la respuesta de Diego toda la noche, y rompió a llorar.

Diego sentía rabia, pena, no podía quitarse el nudo del estómago cada vez que visualizaba en su cerebro las fotos. Imaginaba con repugnancia a Luisa acostándose con el moreno de sonrisa profunda.

-¿Y de verdad no hiciste nada con Carmen? Eres del género tonto, ya te lo digo. Luisa pasándoselo en grande, y tu nada, amargado por ella.
-Es que no puedo joder, no me sale. No puedo dejar de pensar en ella.

Luisa estaba hundida. No podía creer que Diego hubiera sido capaz de estar con otra mujer, y menos con su ex. En dos meses ella tan sólo había ido a un cumpleaños en el que se sentía sola. No sólo porque fuera la única sin pareja de toda la fiesta, sino porque necesitaba a Diego a su lado.

Habían pasado dos meses. Luisa y Diego volvían a verse en el piso, según lo acordado. Nerviosos, con miedo y decepción, y mucho de qué hablar cara a cara volvieron a su punto de partida.

-Diego, no sé que decirte. No me siento como pensaba que me iba a sentir hoy.

No podía quitarse de la cabeza a Diego con su ex, el sms no contestado. Quería ser dura, firme, no derrumbarse.

-Yo tampoco afronto esta situación con la mejor de las ganas, es todo muy raro.

Cada momento que la miraba, se la imaginaba con el chicho de las fotos y le recorría sin cesar la frase -vente a despejarte un poco-.

-Creo que lo mejor es dejar el piso y que pase el tiempo.
-Es lo mejor, ya estaremos en contacto. Podemos hablar por sms o e-mail. La tecnología es lo bueno que tiene.

Te invito a cenar



"Hoy" caldo de salchicha

Vuelva usted mañana

Siempre me ha gustado escribir, o más bien, siempre me propongo escribir.
-"Ya mañana si eso".
Siempre me ha gustado leer, o más bien, siempre me llevo un libro.
-"Todo lo que no leo ahora lo disfrutaré el doble cuando sea mayor".
Siempre me ha gustado ser ordenado, o más bien, tengo desorden en el desorden.
-"Este fin de semana coloco todo".
Siempre me ha gustado ahorrar, o más bien, ciento se van volando.
-"En tres meses cobro la extra y sin falta abro una cuenta ahorro".
Siempre me ha gustado mantener el contacto con mi gente, o más bien, me buscan y me encuentran.
-"Estoy muy liado, ya hablamos mañana".
Siempre me ha gustado madrugar, o más bien, despierto en la noche.
-"Mañana me despierto pronto y aprovecho el día".
Siempre me ha gustado tener inquietudes, o más bien, estoy 'in quietud' permanente.
-"En septiembre me apunto a un cursillo".

Siempre me ha gustado... o más bien.

Calle de la Esperanza



Calle de la Esperanza
Calle sin salida...
Se vende...