domingo, 27 de diciembre de 2009

Me da que aquí hay gato encerrado


Humor

Cada cierto tiempo necesito desengrasar en mi trabajo. Parece raro, pero desengrasar para mí, periodista, es escribir.

Esta vez pensé que estaría bien desplazarme a Barcelona, paga mi bolsillo, y hacer un seguimiento de lo que supone hacer un programa diario como es el de Buenafuente. Cogí el taxi en El Prat, y ahí empezó un gran día. El taxista que me llevó hasta la sede de El Terrat me dijo "con Buenafuente quiero hablar yo". El hombre escribe novelas, y tiene una pendiente de publicar sólo por el hecho de que nombra a Andreu Buenafuente, una parte de la trama tiene al humorista catalán como protagonista. Le pedí los datos y su teléfono y le prometí que se lo diría a Andreu. La cosa empezaba bien. Las doce horas que pasé entre redacción, reuniones, ensayos, entrevistas y grabación del programa, me hicieron sentir algo de envidia. Un programa dedicado al humor es genial. Si encima se da el ingrediente del buen rollo entre los que lo hacen, me hicieron ver que ése sería un sitio donde yo me encontraría más que a gusto trabajando. Pero en fín, yo estaba allí precisamente para eso, para trabajar. Para contar cómo trabajan otros. Y así lo hice. Un martes cualquiera lo publiqué en el periódico y en la web, y parece que gustó. Reconozco que el artículo no era nada del otro mundo, tampoco quería ganar el Pullitzer con él. Sólo quería desengrasar, y así fue. Me empeñé en hacer un tema que me apetecía, me desplacé, entrevisté, miré, observé, y lo escribí. Lo cierto es que el propio Buenafuente me comentó que no son muy amigos de las entrevistas, pero que conmigo habían hecho una excepción. Supongo que ayuda el hecho de tener a un amigo íntimo entre los guionistas del programa, pero aún así, noté algo especial. Noté que tanto Andreu como Berto, como el codirector... estaban a gusto conmigo. Me dedicaron tiempo preciado durante un día de trabajo, y además lo hicieron con gusto. Eso se nota.

El caso es que, como digo, a pesar de no ser un artículo premiable ni mucho menos, gustó. Gustó por lo menos a una persona, a Andreu Buenafuente, que tuvo el gesto de publicar en su blog una entrada en la que agradecía mi trabajo, con un enlace al artículo. 'Lo que sería trabajar' lo titulaba. http://www.andreubuenafuente.com/?id=p998


Me encantó, para qué negarlo. A partir de ahí, felicitaciones, muchas entradas en la web del periódico, Buenafuente por aquí, Buenafuente por allá... En fin, que acabé un poco harto de hablar de mi dichoso artículo, sobre todo porque supe que varias personas del periódico criticaron que se reconociera tanto un artículo cuando ellos hacen lo mismo cada día. No lo niego, desde luego, pero da un poco de rabia percibir la rabia. Después de estar tantas horas observando cómo se hace un programa de humor, creo que falta eso, humor.


En la imagen, un genio del humor. A la derecha, Andreu Buenafuente