lunes, 15 de diciembre de 2008

lunes, 8 de diciembre de 2008

El vecino del sexto

Echando cálculos, y teniendo en cuenta que hay veinte puertas por escalera, seis pisos, y una media de dos personas en cada casa, debemos compartir bloque unos 240 vecinos.

1º1
Vive Marta con su hija Luisa. Marta se separó de Jaime hace cuatro años, y, sin necesidad de llegar a los juzgados, acordó con su ex que ella viviría con la niña. Él viene a recogerla cada quince días, la espera en el portal a las cuatro de la tarde, y la 'deposita' pasadas 48 horas. El alquiler corre de su cuenta. Marta y Jaime tienen apasionados encuentros sexuales cuando la niña está en el colegio. No quieren que ésta se entere de que se aman con locura.

1º5
Dolores y Maite son dos hermanas. La primera tiene 85 años, y Maite 80. Son viudas y ahora, sesenta años después, vuelven a vivir juntas. Toman café todas las mañanas en el bar de enfrente, Dolores compra 'La Razón' en el kiosko de la esquina, y Maite 'El País'. Nunca intercambian la prensa, pero lo curioso de todo es que Dolores es viuda de un exiliado republicano, y la segunda de un general franquista. Vivimos sin duda en 'el país' de la 'sin razón'.

2º2
José María es soldador, pero antes que eso, hincha del Atlético de Madrid. No hay domingo que se precie que no se enfunde la camiseta de su equipo favorito. Todos en la comunidad de vecinos, y cuando digo todos son todos, sabemos por sus gritos cuando marca el atleti (menos mal que no es muy a menudo). Vive con María, una apasionada del arte, lectora compulsiva, que acaba de descubrir la magia del cine independiente noruego. En abril se casan.

2º4
Pamela, Vicky, Samantha y Scarlett son cuatro prostitutas que hacen del segundo cuatro su oficina y su hogar. Dos de ellas son españolas, otra dominicana y Scarlett brasileña. Son, de largo, las más educadas del edificio. No perdonan una sonrisa al cruzarte con ellas. El portero de la finca no las mira con muy buenos ojos, o eso parece cuando le escuchas hablar sobre ellas con las más viejas del lugar, pero cuando las chicas pasan de largo, sí les echa un buen ojo.

2º6
Marcos es de Palencia. Vive junto a Walter, su compañero de piso ecuatoriano. Marcos ha venido a la capital para labrarse un futuro. Es licenciado en económicas, pero de momento sólo ha conseguido trabajar en la ferretería de la esquina y de reponedor en el Caprabo de la calle Princesa. No consigue que le homologuen el título palentino en Madrid y tiene problemas con el permiso de trabajo. Walter por su parte es director financiero de El Corte Inglés. Consiguió el trabajo por enchufe.

3º2
Mauricio es cubano. Lleva muchos años en España, y vive con su mujer y sus dos hijas. Una tarde subió a mi apartamento y me pidió que quitara un disco de Silvio Rodríguez que tenía puesto a todo trapo. Le dije que si era exiliado anticastrista lo entendía, y que si le ofendían las letras de Silvio lo quitaría de inmediato por respeto. Me dijo que no, que no iban por ahí los tiros, que admira a Fidel, pero que sólo escucha música house. Me dio un flyer de la discoteca Space donde trabaja de relaciones públicas.

3º5
No vive nadie en el tercero cinco, pero todos los sábados Juan, el hijo del dueño del piso, monta unas fiestas espectaculares con sus amigos. Un día me dijeron que me pasara, y así lo hice. La fiesta fue de lo más bestia que he vivido nunca. Desfase al máximo, gritos, cánticos populares, rock & roll, intercambio de pareja, orgías temáticas por habitación... No vi a nadie drogarse, pero lo que es más extraño, no había ni una gota de alcohol en toda la casa. Cuando les propuse comprar un poco de ron, me echaron de la fiesta.

4º1
Josep Albert Pujol Ekejalde vive en Madrid sólo durante la semana, el viernes coge el puente aéreo y disfruta del fin de semana en su casa de Barcelona. Su padre nació en Hospitalet de Llobregat y su madre en Hernani. Él es delegado comercial de la zona centro del cava catalán Freixenet. Las pasadas navidades le propuse que me vendiera una caja de cava para llevar a la cena de nochebuena. Me preguntó que de dónde era. Le dije que de Madrid. ¿y tu familia? también de Madrid, contesté. Me miró con cara de desprecio de arriba a abajo y me dijo que a un verdadero madrileño le debería dar vergüenza no hacer boicot a los productos catalanes. ¡Arriba España! me gritó mientras me cerraba la puerta en las narices.

4º3
Manuel Tapado vive con su padre Leandro y su hijo Ginés. Los tres, hijo, padre y abuelo son nudistas. Se pasean en pelotas por la casa, y en verano, cenan en la terraza como dios los trajo al mundo. En el buzón, alguien ha puesto a boli al lado de su primer apellido un 'a ver si es verdad'.

5º4
Maribel, Aurora, Ángela, Sonia, Luz, María Dolores, Silvia, Maika, Ruth, Irene, Mabel y Cristina viven aquí con Mohamed, su querido esposo.

5º6
Viven aquí de forma provisional. Buscaban piso en Chueca, pero los precios eran prohibitivos. Juan José y Miguel, de momento viven su amor en silencio en este pequeño apartamento. Añoran el día en que puedan cambiarse al barrio que anhelan. Por la calle nunca van de la mano, no cruzan las piernas al sentarse y adoptan poses de chulitos de barrio en público. Saben que de momento, la legislación es inflexible, y que todas esas actitudes sólo son legales en Chuecatown.

6º1
Aquí vive y trabaja Manuel. Al igual que las vecinas del segundo cuarto, Pamela, Vicky, Samantha y Scarlett, utiliza el apartamento a modo de oficina y de hogar. Es psiquiatra. Al parecer es muy reputado en su profesión, y así se refleja en las facturas que alguna vez he visto en su buzón. Cien euros la hora, sí debe ser bueno, sí. Atiende a una media de diez pacientes al día. Vivo puerta con puerta con él. Lo único que me molesta de mi vecino psiquiatra es que por las noches, ya de madrugada, suele gritar 'que alguien me saque de este cuerpoooo', 'mundo cruel, quiero morir antes de morir al morirrrr' o 'no hay salida, no hay salida, el mundo ha muerto, la vida es un precipicio negrooooo'. Como he dicho, es psiquiatra, y muy bueno.

6º2
Bienvenidos a mi casa, están todos invitados.


La realidad es que de las aproximadamente 240 personas que forman mi comunidad de vecinos, no conozco a nadie. El diccionario de la RAE define comunidad así: 'conjunto de personas vinculadas por características o intereses comunes', pero... ¿qué intereses o características comunes me pueden unir con personas que no conozco, lejos del pago mensual para el mantenimiento del edificio?
Estoy seguro que alguno de los casos arriba relatados pueden asemejarse a la realidad, o quizá no, pero creo que nunca lo sabré. Es triste vivir 'en comunidad' tan cerca y tan lejos a la vez.